Resulta una ironía que Teresa, uno de los personajes de Kundera se hiciese fotógrafa y tuviese que plasmar la entrada de los tanques soviéticos en aquella primavera de Praga, que aquellos que defendían y propugnaban la tierra prometida, el modelo a instaurar en la tierra contemplaban impávidos cómo se convertían en cómplices de unos asesinos.
Tomás es la mezcla, el cóctel donde se juntan el amor, la infidelidad, la política, y tantos rasgos que conforman esa insoportable levedad del ser.
Kundera es hábil a la hora de contar y asigna un papel a cada uno de sus personajes. Todos son parte del engranaje que mueve lo que pretende transmitir, y todo, desde un punto de vista existencialista y hostil por excelencia. La casualidad es la única que nos habla, en tanto que la monotonía es muda. Si el amor debe ser inolvidable, las casualidades deben volar hacia el desde el primer momento.
A mi modo de ver, nada fortalece el amor como la casualidad, lo improvisado, porque a pesar de su levedad es sano, sin la maquinación de lo previamente programado. La levedad, para mí es otra cosa, es caer en la banalidad, el dejarse arrastrar en la ideología, en la pauta que sigue la globalidad, la mediocridad de quien se contenta con lo que otros disponen. ¿Qué ha cambiado desde aquella primavera de Praga? Absolutamente nada. Siguen existiendo los mismos insoportables que no se resignan a delatar esa levedad, la política y la social, la de dejarse llevar por la miseria moral, la de ver en los demás lo que nosotros ocultamos para no sentirnos delatados. Lo verdaderamente surrealista es que nos convertimos en jueces para criticar lo que nosotros aceptamos.
Pero es sin duda Franz, otro personaje de la novela quien me llega a casi hipnotizar. Y es que los idealistas, de una forma u otra cautivan, tal vez por ese halo romántico que les envuelve. Franz, cansado de la responsabilidad, ve un atractivo en Sabina, atraído por su levedad. Sabina, amante del arte, se limita a soportar su existencia.
Los personajes de Kundera no son ficción, sino más reales y actuales de lo que pensamos. Ubiquen los personajes, aquellos que nos rodean en nuestra vida cotidiana y llegarán a la conclusión de que cada uno de nosotros somos los insoportables de la levedad que nos acompaña.
No hay comentarios:
Publicar un comentario