sábado, 20 de enero de 2018

Evocación de invierno

Cala este frío inmisericorde
como la llovizna empapa el olvido,
y a retazos, como difuminados
asoman el alma a trozos,
y un cuerpo que se debate torpe
sin saberse de mortal herido.

Olvidadas yacen las armas
en el inmenso campo abierto,
donde suceden todas las batallas,
como mudo camposanto
que vela en su silencio
el alma que fue de un muerto.

En las alboradas llenas habla
y grita en el solsticio de invierno,
si la primavera es la hermosura
teme al verano al mismo tiempo,
por ese sol que abrasa
y que en todo recuerda su infierno.

No hay susurros que calmen
ni relojes que paren el tiempo.
Y así como las hojas mueren
también le sigue el cuerpo,
como un jirón de papel escrito
que allende se lleva el viento.





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