"Soñamos lo que nuestro cerebro decide: imaginamos siempre lo que nunca soñamos"
jueves, 13 de agosto de 2015
DE MISANDRIAS Y MISOGINIAS
Ambas comienzan con "miseo", del griego, odio. Aversión y rechazo al hombre y mujer respectivamente.
Tras su regreso de Londres, Vincent Van Gogh dejó de ser el mismo. Allí intentó una relación que resultó fallida, sintió el rechazo de alguien a quien posiblemente quiso y amó con toda su alma, y aunque fuese en silencio, Vincent amó a esa mujer. Lo tuvo que tener complicado porque en el se daban su patología mental, sus fantasmas y miedos y una introversión que le acompañaron en su atormentada y corta vida. ¿Fué realmente un misógino Vincent?. En mi modesta opinión, no lo creo, porque la misoginia se manifiesta a lo largo de toda la vida, no se es misógino un día, un mes, etc., y Vincent no dió muestras de ello tras ese desengaño amoroso, ni en su pintura, ni en la escasísima vida social (prácticamente nula), pues se limitó a pintar de forma compulsiva, y en los momentos de paz y lucidez, además del Vincent del dibujo perfeccionista y colores "ordenados", aparecía el Vincent místico y espiritual, el que veía la belleza y grandiosidad del infinito universo.
¿La misándrica o misógino, nacen o se hacen? Es muy probable, aunque en un nivel bajísimo que intervengan factores genéticos, pero soy partidario de que a toda acción sucede una reacción. Puede que nos acostemos monárquicos y nos levantemos republicanos, pero no nos acostamos amando a una mujer y al día siguiente la odiamos. Han de darse unas circunstancias, unos sucesos que marquen de forma clara ese comportamiento de rechazo y odio a uno u otro sexo. La educación recibida dentro de unos muy particulares protocolos de conducta por parte de los progenitores pueden ser una causa, pero, insisto, algo desagradable en la vida de una persona puede dar lugar a un comportamiento y actitud misándrica o misógina en forma de una violencia ejercida en alguna etapa de su vida. La persona misándrica alguna vez sufrió una dominación o violencia por parte del varón, lo que degeneró en ese sentimiento de rechazo y odio al sexo opuesto. Ni que decir tiene que rige la misma regla para el misógino.
No podemos confundir misándrica con feminista. La feminista reivindica un status igualitario al hombre en todos sus ámbitos y lucha por desbancar esa preeminencia del varón sobre la mujer con la equidad en derechos, pero sin odiar intrínsecamente al varón. La misándrica, se ubica en colectivos feministas porque de esta forma no es señalada como tal, sino que casi pasa desapercibida dentro de ese colectivo, aunque participa activamente, y parapetada en el escudo de "mujer que defiende los derechos de las mujeres"utiliza al colectivo como trampolín para manifestar su odio al varón. La misándrica persigue básicamente una forma de destrucción o venganza contra el varón, anularlo y llevar a las mujeres a ocupar el espacio masculino. También están los lobos-lobas esteparios, que sin estar necesariamente integrados en colectivos, a lo largo de su vida muestran los signos claros de misandria y misoginia, renunciando al compromiso, repudiando y renegando de todo acercamiento con el sexo opuesto. Sólo ellos saben qué ocurrió para mostrar ese rechazo.
Resulta curioso, pero hagan la prueba. Busquen misandría en el desplegable de la R.A.E. No, no la encontrarán. Este antónimo de la misoginia no está recogido en la R.A.E. Y al no estar, en lenguaje coloquial usamos de forma equivocada "androginia", persona cuya morfología no está bien definida, hermafroditismo masculino con apariencia femenina, o según la R.A.E. , una persona cuyos rasgos no se corresponden definidamente con los propios de su sexo. También suele confundirse con "androfobia", que no es odio, sino miedo al varón.
Hay países donde el modelo social es el matriarcado, pero conviene no confundir ni establecer otra idea que no sea la de la mujer responsable de las tareas, bien agrícolas, ganaderas, durísimas, por cierto, y sin ningún otro beneficio del que disfruta el varón.
Retornando al tema, ¿existen países misándricos en su ordenamiento social? La respuesta es sí. En concreto, Suecia. Por poner un ejemplo, en la provincia de Sörmland, cercana a Estocolmo, su Consejo General presentó una propuesta para obligar a los hombres a orinar sentados en los aseos públicos, y, para disfrazar la medida, Viggo Hansen, dirigente del Partido de la Izquierda de Suecia, argumentaba que orinar sentado ayuda a reducir los problemas asociados a la próstata y a "una vida sexual y más larga". Personalmente pienso que no existe justificación ni está demostrado científicamente que esas bondades dependan de orinar de pie o sentado. Es muy probable que si nuestro premio Nobel, Camilo J. Cela fuese preguntado al respecto, diría eso de "nada tiene que ver el culo con las témporas", pero ahí lo dejo. Confieso que me produjo una hilaridad, mezclada con un poco de guasa andaluza, porque, si la medida afecta a los aseos públicos, ¿cómo se controla su cumplimiento? ¿Tal vez con un funcionario que dé fé y certifique que el varón se sentó para orinar?. En fin, personalmente, creo que ese exceso de celo por mostrar progresía e invertir los roles o papeles no conduce a nada, rizar el rizo, pero es el espejo donde se miran los progresistas del resto de países europeos. No dudo que tengan un ordenamiento social mucho más avanzado que el nuestro, pero propuestas así, solo merecen ser calificadas como anecdóticas.
Aunque la Historia no las ha señalado como misándricas, en todos los ámbitos existieron y existen, disfrazadas tal vez de ese feminismo radical. Sí se conocen en el varón, por citar algunos de los más conocidos, algunas "perlas" que les llegaron a definir como auténticos misóginos.
La misándrica modelo Elisabeth Reyes no se tapaba al decir que está claramente en contra de los hombres y que hay muy pocas cosas que soporta de ellos, y todo por el rechazo a la barba. Se reivindica como una de las líderes del movimiento contra el hombre lija.
Historiadores y biógrafos coinciden en que Isaac Newton, quien formuló la Ley de la gravitación universal era misógino, homosexual y, para rematar, murió virgen. Hay referencias a un único y más que dudoso amor de juventud. Nunca se casó ni tuvo hijos, y se extendió la teoría de que era asexual, sin ninguna atracción por uno u otro sexo.
Jean Jacques Rousseau, el ideólogo de la Revolución francesa. Aunque se casó y tuvo cinco hijos,su principal obra, El contrato social, le delata como un misógino, pues ignora absolutamente a la mujer en el primer libro que versa sobre las libertades civiles.
Groucho Marx (me confieso un incondicional), llega a descolocarme, porque es difícil catalogar a alguien que no se sabe si lo hace con un convencimiento pleno o desde su personal humor mordaz: "Las mujeres son muy necesarias, sobre todo, por la noche, y con frecuencia durante el día".
Oscar Wilde dio a unos y otras. Son conocidas sus comedias de temática femenina como Una mujer sin importancia o El abanico de lady Windermere. Se despacha a gusto con una feroz y cruel revelación de su misoginia: "bigamia es tener a una mujer de sobra.Monogamia es lo mismo".
Una vez más hago un llamamiento para no confundir conductas o patologías que acompañan al individuo durante toda su vida, lo que les califica como misándricas o misóginos, con una pataleta o despecho puntual motivado por una ruptura que el tiempo resuelve. Podemos en un lenguaje coloquial calificar a alguien de misándrica o misógino, pero no significa necesariamente que lo sea.
Me reafirmo una vez más en mi teoría: la misándrica y el misógino se hacen, muy por encima de los que nacen.
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