lunes, 10 de agosto de 2015

Mañana...


Mañana despierto de este letargo
que como flor en una zarza me tuvo  preso.
Mañana abro los ojos de nuevo
para ver y andar los senderos
que en la inconsciencia de lo mundano
me alejaron de realidades
para perderme en los sueños.

Cuánto dolor que aliviar no puedo,
de las heridas de un desgarrado cuerpo
que en la noche escapa del lecho,
para contarme con la voz rota
que de a poco se va la vida
bañada en mares de angustia,
de salitre con sabor entero.

Mañana es el recuerdo solo
de mi andar errado y el amor esquivo,
de eternas noches sin fin
por tantos insomnios elegidos.
Hoy ya no espero nada,
que pesan las peores razones
y contar no quieren lo vivido.



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