jueves, 15 de mayo de 2014

WALT WHITMAN: ANTE TODO, EL HOMBRE

   Varios fotogramas conforman una secuencia, y la suma de secuencias dan lugar al film. Del montaje ordenado, con el único fin de comunicar, depende en gran medida que nuestra retina y el laberinto de neuronas sean capaces de asimilar la  historia. Y conociendo a su director, podemos deducir el mensaje, porque contar una historia, nunca estuvo reñido con la veracidad, lo que conocemos por “basado en hechos reales”.  

   También el poeta recopila en métrica ordenada secuencias de la vida misma,  la única que consigue los mejores versos, poniendo en un mismo plano belleza, amor, desengaños, enfermedad, e incluso la muerte. En lo místico y la propia melancolía reside la virtud para plasmar el momento. Habiendo leído tantas veces a Walt Whitman, hoy no sé si fue agnóstico, o, si por el contrario utilizaba ese enfrentamiento como arma defensiva. Pero es cierto que para él, la figura humana es más importante que ese Dios que ve por todas partes solapado en cada ser del planeta.

                      Escucho y veo a Dios en cada cosa, pero no le comprendo,
Ni entiendo que haya nada en el mundo que supere a mi yo.
¿Por qué he de desear ver a Dios mejor de lo que ahora le veo?

   Fue una suerte para él no ser coetáneo del inquisidor Torquemada en el mismo Reino, porque nunca tres renglones definieron  mejor la herejía. Si lee la obra completa, creo también que podría calificarlo como obsceno.

  Este fragmento pertenece a  Hojas de hierba, siendo esclarecedor en lo anteriormente descrito.Ya es admirable la reacción de rebeldía, pues esta obra es todo un canto y reconocimiento al hombre, algo nada bien visto, y considerado hasta inmoral. Con Hojas de hierba, Whitman abandona la alegoría y la meditación religiosa y decide lo importante en su escala de valores del universo.

   Situando al humanista-poeta-periodista  en su tiempo y contexto, es de justicia reconocer su valentía, porque en 1855 estaban más que definidas la conducta y la moral, por lo que una obra como Hojas de hierba, constituía una provocación a una sociedad mojigata e hipócrita, que se rasgaba las vestiduras ante ella, pero que consentía al mismo tiempo la esclavitud.

  Afirmo que el poeta siempre compone lo vivido, en forma de voces interiores que le azuzan continuamente, sin sopesar las consecuencias, pero honesto consigo mismo, declarándose libre, sin las ataduras o sumisiones debidas. No tengo duda alguna de que Whitman puso siempre en alza la figura del hombre como lo importante de la naturaleza, del planeta. No decrece su pensamiento, pues, durante la Guerra Civil estadounidense pudo ver multitud de soldados heridos, con la necrosis de sus miembros amputados. Es tan dantesca visión la que le hace dirigirse a Washington en 1862, para no volver nunca más a Nueva York.

   Tras la Guerra Civil, y ayudado por un amigo, poeta también, consigue un puesto de trabajo en una Oficina de asuntos indios. Aquí aparece el Whitman más cercano a la realidad cotidiana de su país, más relajado, en parte, tras la luctuosa y fratricida guerra, pero también sufriría la persecución del jefe de la Oficina, tras ver un ejemplar de Hojas de hierba sobre la mesa del poeta, y que se tradujo en un forzoso cambio de destino. Otro amigo de Whitman entregó una carta de recomendación dirigida a Salomon P. Chase, secretario del Tesoro esperando que éste consiguiera un puesto en su departamento, pero nunca lo hizo, por tratarse del autor de Hojas de hierba, la proscrita y difamada obra.

   Creo que tras la guerra, el poeta dejó de ser más libre, porque pienso que si en la paz se vive,  tras la guerra  lo importante es sobrevivir.


No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías
sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima,
nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa:
Tu puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar,
porque en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores:
el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes.
Huye.



               Walt Whitman (No te detengas)

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