Prendido al recuerdo de un ayer cercano
viven las ansias del amor negado,
en un mar de nubes que se confunden
allá donde las sombras bailan,
y busco sin cesar el eco de tu voz
para orientarme cual perdido náufrago,
huérfano de naves hundidas
que descansan al arrullo de corrientes
tras la lucha inútil con las olas
en un mar de enfurecidos cabos.
Que los vientos me lleven adentro
si en el horizonte no te veo,
y pedir quisiera en último esfuerzo
encallar en la costa de Alfonsina,
para escuchar de amor sus versos,
pegar mi última mirada a los cerros
y recorrer la Pampa inmensa,
hacer noche en cada Estancia
donde Martín de padre a hijo
diera en sentimiento sus consejos.
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