Se fueron como nubes negras
esos besos que no he sentido
y cayeron como torpes cometas
destrozadas al oscuro abismo.
Muere hasta el tiempo cruel
que sin compasión me robó
la palabra de tantas horas,
conspirando en silencio,
sin llamar a los idus de marzo,
sin el privilegio de Cesar,
de caer desangrado una vez
frente a los rostros infames
que a diario agonizan lento
en el mármol de la cobardía…
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