viernes, 27 de febrero de 2015

golondrinas










Temerosas golondrinas

que su canto airean

cuando los primeros rayos

asoman, saludando y abriendo los ojos

del milenario puente romano.

Temerosas de quedar

en el barro presas,

no pisan pues esta tierra,

y en el aire beben y se alimentan,

que no es de fiar este suelo,

y cada año, por estas fechas

retornan diez golondrinas,

por otras tantas que se perdieron;

madre, no me salen las cuentas,

que en el cansado recuento

me faltan las de trino largo,

alfareras de roja arcilla.

No las mató el barro,

ni tampoco el cansancio,

que las mató el hombre en su maldad,

cuando las charcas del tarajal

se tiñeron de lodo envenenado.

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