lunes, 8 de septiembre de 2014

EN LA PIEL DEL ESCORPIÓN



        Me preocupa la rápida evolución que esta sociedad experimenta a diario, donde el reconvertido poderoso deja en la miseria, no ya económica, sino que se atreve a invadir el terreno más sagrado de todo ser humano : su dignidad. Cuando hace unos años los ilustrados de la política hablaban de globalización, de competitividad, a todos nos sonaba lejano, una propuesta más, en su siempre ambigüo lenguaje. Pero conseguir que el rebaño siga al pastor es difícil si no se crean las condiciones idóneas para ello, porque el ciudadano de a pie nunca confió en el pastor. Su calidad de vida, basada en la estabilidad, en un sueldo digno le hacía demasiado independiente y eso se traducía en un choque frontal contra los perversos planes del pastor. Para el pastor, competitividad equivale siempre a realizar el mismo trabajo, pero con sueldos de paises subdesarrollados. Pero, ¿cómo conseguir que el rebaño siga las consignas del pastor? Basta con infundir el miedo al futuro inmediato y privarle del sustento en forma de trabajo digno. El pastor incendia el prado para, acto seguido llamar a las ovejas con un puñado de alfalfa en la mano. La oveja perdió la libertad que tenía en el prado tras el incendio, por lo que acudirá sumisa a la llamada de su “salvador”.

   ¿Cómo se crean las condiciones para la sumisión?


   El pastor (Estado), provoca la quiebra del mismo, y le llama crisis económica, o lo que es lo mismo, inyectarse masivamente dinero a ellos mismos, teniendo como testaferros de su operación a la Banca, con lo que queda todo atado y bien atado. Deja de fluir el crédito a la pequeña y mediana empresa, con lo que el tejido productivo se destruye, y como resultado, la ruina de ellas. Despidos masivos, cierre de empresas y una lista de desempleados que aumenta en miles por día. Para dar más verosimilitud al simulacro, la Europa fuerte “presta” miles de millones al Pastor, porque ambos saben que todo es una farsa y que el prestamista siempre cobrará lo recibido por el prestatario, pero es de vital importancia transmitir al rebaño el mensaje de pérdida de soberanía si no se satisface la deuda contraida. Las ovejas se asustan y aceptan con resignación que les racionen el alimento, o lo que es lo mismo, pérdida de derechos adquiridos que costaron sangre y sudor. El Estado lo llama “recortes” o “ajustes”, y, como en una jugada magistral de billar consigue una soberbia carambola a cuatro o seis bandas.

   En esta puesta en escena aparece un nuevo actor : el ilustrado de la competitividad, el salvador de las pocas empresas que quedaron, y a las que ofrece su particular tabla de salvación en forma de tecnología TIC ( Tecnologías de la innovación y la Comunicación), que consiste en convertir al especializado oficial en multitrabajador o multitarea, y para ello se le dota de una PDA, algo parecido a un teléfono móvil o celular, pero con infinitas prestaciones para el empresario. Cuando el oficial especializado termina su jornada (en realidad no acaba), saca su PDA y registra todo el trabajo realizado. Dependiendo de la empresa, esto le lleva de una a dos horas, con lo que regala horas extras a la empresa. Los datos los recibe una oficina sin oficinistas o administrativos porque los recoge un robot o computadora que a su vez se encarga de enviar por mail la factura a los respectivos clientes. ¿Y el resto de carambolas, dónde están?. El mismo operario se convierte en guardián del vehículo de la empresa, y gracias a un dispositivo GPS el competitivo empresario sabe en tiempo real dónde está su vehículo que es guardado en casa del propio operario, con lo que el ahorro en cocheras es notable. La reposición de productos la realiza una empresa de reparto que, puntualmente surte al vehículo con todo lo necesario. Hagan recuento de los puestos de trabajo que se perdieron y multipliquen por la cantidad de empresas del mismo tipo que existen, lo que les dará un total cuando menos, escandaloso.

   La tendencia pues, es la selección de los afines al empresario, y, ante el temor a perder el puesto de trabajo, rebajarse a los peores índices de miseria y pérdida de la dignidad.

   Esto ocurre en la empresa privada, pero ningún Gobierno deja pasar las “bondades” en forma de competitividad, y se vale para ello, cómo no, de las tecnologías que empresas ávidas de recibir contratos en forma de mantenimiento ofertan a la Administración, en forma de software que elimine también puestos de trabajo. Todo sea en nombre de la competitividad. Formularios, citas y toda clase de eventos los realiza el ciudadano a través de la Red, con lo que desaparecen los puestos de atención directa al usuario. El trueque no deja de ser macabro, pues, a cambio de nuestra comodidad, sacrificamos puestos de trabajo que la propia Administración amortizará, o sea, puestos de trabajo que jamás se convocarán por medio de la OPE (oferta pública de empleo).

   ¿ Cuál será el fututuro a corto y medio plazo?

   El futuro será el de una población mayoritaria y desempleada que dependerá de los pocos “privilegiados” que conservan su puesto de trabajo, quienes teniendo un salario de hambre tendrán que hacer frente a la supervivencia del resto, que ya perdió su dignidad y, sobre todo, la esperanza de conseguir un puesto de trabajo.  Ante la pérdida del trabajo, lo único que dignifica al hombre, vendrán las familias desestructuradas, con la pérdida de valores ancestrales y fuertemente arraigados en nuestra condición. Será patente aquello de “cuando el dinero no entra por la puerta, el amor escapa por la ventana”. Llegará el terrible experimento del escorpión cuando es encerrado en un círculo de fuego, quien, incapaz de encontrar una salida clavará su aguijón emponzoñado sobre su cabeza, como única salida a la desesperación. 

No hay comentarios: