Pero Favaloro no se
capacitó para conseguir posición, status o enriquecimiento personal, aunque pudo hacerlo, de no tener unos
principios que consideró sagrados, ennobleciendo y engrandeciendo a la vez ese
Juramento Hipocrático de todo profesional de la medicina. Sentía un profundo
amor por su país, y un gran conocedor de las carencias en materia de salud,
sobre todo para una población mayoritaria, la más desfavorecida, la que no
podía optar a las técnicas por él estudiadas y en el año 1971 regresa a la Argentina. En el Sanatorio
Guemes de la Capital Federal ,
bajo la presidencia de Mauricio Barón, comienza a operar, trabajando
conjuntamente con Luis de la
Fuente , experto en cardiología clínica y en la incipiente
cardiología invasiva. Favaloro quería para su país un centro de las
características de la Cleveland Clinic ,
donde compaginar la operatoria junto a la investigación.
Junto a otros
colaboradores, en 1975 creó la Fundación
Favaloro. Lleva su apellido por la insistencia del cardiólogo
Luis de la Fuente
en 1974, siendo además un centro de capacitación para alumnos de todo el mundo,
celebrándose cada dos años el congreso Cardiología para el consultante.
Entre sus logros,
cabe destacar la creación en 1980 del Laboratorio de Investigación Básica,
manteniéndolo con dinero propio durante largo tiempo, dependiente a su vez del
Departamento de Investigación y Docencia de la misma Fundación. Este fue el
germen que culminó con la creación en 1998 de la Universidad Favaloro.
Ya en 1992 se inauguró en Buenos Aires el Instituto de Cardiología y Cirugía
Cardiovascular, de la Fundación Favaloro.
Señalar que la Fundación
fue creada sin ánimo de lucro.
Bajo el lema
“tecnología avanzada al servicio del humanismo médico” se ofrecen servicios
especializados de toda una gama de disciplinas en el área de la medicina que
abarcan desde cardiología, cirugía cardiovascular y transplante cardíaco,
pulmonar, cardiopulmonar, renal, hepático y médula ósea, sin abandonar otras
áreas no menos importantes.
En el año 2000,
Argentina se encontraba inmersa en una grave crisis económica y política con
las consecuencias por todos conocidas. La Fundación Favaloro
acumulaba una deuda de 75 millones de dólares, encontrándose en una situación
difícil, como la de todo el pueblo argentino, por lo que solicitó ayuda al
Gobierno del entonces presidente Antonio de la Rua , sin recibir respuesta oficial alguna. La
carta, ni siquiera fue leida por el presidente de la nación. En ella, Favaloro
expresaba su cansancio y la sensación de ser un mendigo en su país, y le
solicitaba ayuda para recabar fondos para la Fundación , expresando
además, que la sociedad argentina necesitaba su muerte, para así tomar conciencia
colectiva de los problemas en que se hallaba envuelta.
El 29 de julio del
año 2000, y coincidiendo con el cumpleaños de su amigo y cardiólogo Luis de la Fuente , tras la redacción
de una desgarradora y extensa carta de despedida, René Favaloro se suicida de
un certero disparo. A raiz de su muerte toda la nación experimentó un marcado
sentimiento de dolor y orfandad por la pérdida de quien hasta ese momento había
representado los valores de la solidaridad, humanidad y dignidad de todo un
pueblo. En mi opinión personal, no creo que Favaloro se suicidara, sino que “le
suicidaron”. Este gran hombre se fue, pero quedó para siempre su legado en
forma de conciencia, de los más importantes valores de toda sociedad que
presuma de justa.
Publicó más de trescientos
trabajos directamente relacionados con su especialidad, y de la misma forma que
sentía auténtica pasión por la
Historia , publicó dos libros de investigación sobre el
general San Martín, padre de la patria argentina. Apunto un libro
autobiográfico por recomendación de la misma persona que me descubrió a tan
insigne ser humano: “ Recuerdos de un médico rural “.
Nota.- Mi agradecimiento a Isabel ya que, sin su inestimable ayuda René
Favaloro seguiría siendo para mí un desconocido.
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