Muy a menudo,
algunos amigos se extrañan de mi marcado interés en personas que dejaron este
mundo a temprana edad. Mi curiosidad no es por lo puramente escatológico, como
tampoco el morbo de la tragedia. Son personas que cautivan a cualquiera cuando
en algo se conoce su vida, y busco sobre todo, aquellas que en vida fueron
realmente humanos, algunos, genios, pero no tuvieron el reconocimiento que
merecieron cuando desarrollaban su labor. Y me vienen a la memoria por citar
algunos, Vincent Van Gogh, Alfonsina Storni y quien ocupa hoy este humilde
texto: René Favaloro. Sirva como modesto homenaje a un ser verdaderamente
excepcional.
René Gerónimo
Favaloro nació el 12 de julio de 1923 en La Plata (Argentina). La Humanidad debe mucho a
este gran hombre, cardiocirujano de profesión, primer profesional en el mundo
en implantar la novedosa técnica que tantas vidas salva en la actualidad: el
by-pass cardíaco. Terminados sus estudios de Medicina, y tras el obligado paso
por el Hospital Policlínico, se trasladó a la localidad de Jacinto Aráuz,
sustituyendo de forma temporal al médico adscrito a la misma. Es allí donde
toma contacto con esa gente tan peculiar, tan allegada, y que cala pronto en su
vocacional forma de entender la medicina, sensibilizándose con las carencias de
una población rural. Favaloro compaginaba su actividad, al tiempo que se
actualizaba constantemente, interesándose
por la cirugía torácica. En su afán investigador, y a punto de finalizar
la década de los 60 empezó a estudiar las posibilidades de utilización de la
vena safena en problemas coronarios, y a comienzos de los 70 crea la Fundación que lleva su
nombre.
René Favaloro fue,
desde su nacimiento, inquieto, preocupado siempre por aprender, ahondando en el
conocimiento de las cosas y su porqué, y fue su abuela materna, quien le transmitió su amor por la naturaleza,
y a ella
dedicó su tesis doctoral:
“A mi abuela Cesárea, que me enseñó a ver la
belleza hasta en una pobre rama seca”
Hay algo que me
llama la atención de Favaloro, y es que, en su tercer año de prácticas en el
Policlínico empieza a establecer contacto con los pacientes. Existe una sutil
diferencia entre estudiar una carrera para conseguir posición, nombre, y, cómo
no, dinero, y quien estudia una
disciplina porque es su vocación, sin más pretensión que la de servir a una
población que demanda y necesita de la medicina. El no se iba a casa una vez
concluida su jornada matinal, sino que volvía por las tardes controlando la
evolución de cada paciente y estableciendo un estrecho diálogo con ellos. Para
quienes conocemos algo el ámbito hospitalario sabemos que hacer algo así se
traduce en comentarios despectivos por parte del resto de compañeros, ya que
supone establecer esa diferencia entre profesión y vocación. Así mismo hacía el
seguimiento de los alumnos de sexto año de los profesores titulares de Clínica
Médica, Egidio Mazzei o Rodolfo Rossi. Federico Christman fue quien le enseñó
las técnicas de simplificación y estandarización que más tarde aplicaría en
cirugía cardiovascular. Es en el Hospital Policlínico donde se preparó
profesionalmente, y donde vivió durante los dos años de residencia. Este
hospital recibia numerosos casos de extrema complicación de toda la provincia
de Buenos Aires. Tras graduarse en 1949, se produjo una vacante como médico
auxiliar, accediendo al mismo de forma interina, y es aquí donde veo algo que
no me deja indiferente. En los datos a completar en la tarjeta, figuraba una
cláusula donde aceptaba la doctrina del Gobierno de turno, con la
obligatoriedad de afiliarse al Partido Justicialista, algo que no aceptó, lo
que dice y mucho de su dignidad como persona.
Juan José, hermano
de Favaloro comenzó a trabajar con él en la clínica de Jacinto Aráuz
consiguiendo la integración en la comunidad por su extraordinaria calidad
humana. Durante los años que permanecieron en Jacinto Aráuz fundaron un centro
asistencial, con una gestión y resultados que para sí quisieran los gestores
con Master de cualquier hospital español, por poner el ejemplo más cercano que
tengo. Se erradicó la mortalidad infantil en la zona, se redujeron las
infecciones en los partos, así como la desnutrición, creando a la vez un banco
de sangre con donantes vivos que se presentaban cada vez que lo necesitaban,
así como charlas y una completa metodología para prevenir enfermedades.
René Favaloro sigue
estando al día a través de publicaciones médicas, realizando al mismo tiempo
cursos de capacitación en La Plata. La
cirugía cardiovascular comenzaba a despuntar, y consideraba la forma de
terminar su etapa como médico rural y adquirir una capacitación que sólo podía
obtener en los Estados Unidos, y fue el profesor José María Mainetti quien le
recomendó la Cleveland Clinic.
Tras establecerse en Cleveland estuvo primero como residente, y más tarde en el
equipo de cirugía en colaboración con los médicos locales, especializándose en
enfermedades valvulares y congénitas. La estandarización del uso de la vena
safena en cirugía coronaria (by-pass),
también conocida como cirugía de
revascularización miocárdica fue su principal trabajo en toda su carrera,
algo que le dio prestigio internacional, ya que dicha técnica cambió de forma
radical lo conocido hasta entonces sobre la enfermedad coronaria. En 1970
publica el libro Tratamiento Quirúrgico
de la Arteriosclerosis
Coronaria.
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