A contraluz
nacen quietas sombras
y que mudas contemplan sin vida,
cual estatua en pedestal erguida
la voz que llama pero no te nombra.
Bóveda celeste que en coro llora
con mil estrellas que se apagan,
gritos que en soledad amagan
derrotando el silencio de ahora.
Tardes de ironías y paradojas
contando las horas que duelen,
de amantes que el amor hiere
como árbol que pierde sus hojas.
Como frío en la meseta helada
siento que mi alma se
esconde,
llamadas que nadie responde
como carta en cajón olvidada..
Amor en vida y soledades muertas
llanto que empaña mi ventana
esperando el sol cada mañana
para negar tanta noche incierta.
Sueño eterno, corazón valiente,
no me apartes en negra desazón,
pues ama y puede siempre la razón
al vacío de aquél que nada siente.
(J.L.Palenzuela)
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