Negro azabache su cabello
y libre al viento que lo mece,
con reflejos que en el agua brillan;
lo acarician suave en cada orilla
cuando la luna en su luz crece.
Río ancho, quieto su remanso,
y si en cuarto mengua la luna,
una estrella que no se apaga
espera el día en noche aciaga
como la arena aguarda la duna.
Viento en mares de aguaceros
se abaten en verdes riberas;
fueron tres ríos que se secaron,
de orillas lejanas que olvidaron
que también llueve en primavera.
Jangadero que te lleva el río,
como el agua tu jangada;
dile que es fuerte la corriente,
que toda hermosa flor naciente
nunca, nunca es olvidada.
Entre ríos...
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