viernes, 14 de marzo de 2014

LA JUSTICIA, ESE CONCEPTO

   Palabra o concepto que convive a diario con nosotros, siempre bajo sospecha, con la sombra de la duda. Pero, ¿qué entendemos por justicia? Siempre genera controversia, a pesar de que de ella emanan los postulados que perduran hasta nuestros días, señal inequívoca de que no hemos asimilado su grandísimo significado.
   Platón y Aristóteles  salen del pensamiento común, o sea, diferenciando naturaleza de ideología, pero ambos siguen la senda para resolver las dudas del humano y su comportamiento en sociedad.
    Platón queda marcado por la muerte de su maestro Sócrates, y ve con claridad el sentimiento de injusticia en una Atenas sumida en la decadencia moral y política. Ve cómo las leyes promulgadas y que “protegen” a la sociedad no tienen compasión con quien fue considerado casi juglar, un casi demente que deambula por la Atenas de la época, a pesar de haber jugado un importantísimo papel en su idea de justicia, y sobre todo, de respeto por la verdad, la única que puede proteger a gobierno y gobernados de los peligros de la corrupción. Acuciado por el miedo a una profunda desintegración social, escribe “La República”, razonando en la misma lo que para el significa un Estado ideal.

   Platón es muy claro cuando se pregunta por la naturaleza de la justicia, y dice: “la justicia no se ama por miedo a cometerla, sino por el miedo a que recaiga en nosotros”, por lo que el hombre nace con una idea preconcebida, pero es la sociedad la que da forma a ese pensamiento.
   La valoración del concepto justicia, es pues, subjetiva, pero hay un consenso universal para definir lo justo de lo injusto, con la consiguiente aceptación, tanto moral como política.

   Es ciertamente curioso (es mi modesta opinión) que Platón se aleje de los poetas, en los que nunca confió, acusándoles de mentir, de moverse por situaciones puntuales, ciertamente emocionales, concediendo la importancia a la vida en comunidad, y dejando a un lado lo que el considera subjetivo. Cierto es también que pensadores ilustres acusen a Platón de ser el padre del totalitarismo, pues en su idea de Estado son patentes los conceptos de autoritarismo, disciplina y orden.
   La idea de Platón es que cada individuo ocupa un lugar de ese todo llamado Estado, con unas funciones definidas, comportándose de acuerdo a lo que proclama:  “una ciudad justa siempre está compuesta de hombres justos”.

  Es la pregunta que me hago a diario: ¿qué hace el Estado para preservar tan sagrado concepto? Si la Comunidad está constituida, con la aceptación de cuanto emana del Estado, ¿puede el Estado afirmar que es justo?. Pero, lo más importante, ¿somos conscientes en nuestra sumisión de diferenciar lo justo de lo injusto?     

   

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